domingo, 30 de diciembre de 2007

Bomberos suecos que encienden... (mis mejillas)

No soy pirómana, pero si me gusta observar los incendios. Como no puedo hacer nada para contribuir a su extincion, me dedico a disfrutarlos… Esto suena como si yo acostumbrara a hacerlo, pero lo cierto es que ha pasado solo un par de veces en mi vida.
Cuando era niña viví muy cerca de una una compañía de bomberos – la Tercera de Santiago - y cada día al pasar por allí, trataba de imaginar quienes y como eran los bomberos que divisaba…

Hace unos días – cuando andaba estresadísima por el centro de mi ciudad haciendo las compras navideñas, vi un par de bomberos vendiendo calendarios en un puesto en la calle. Me detuve y los observé desde una distancia prudente… No les compré ninguno a pesar de que anunciaban que harían obras de caridad con una gran parte del recaude. En cambio fui hasta una chica que hacía sonar una alcancía recolectando dinero para la fiesta de navidad de los sin casa e hice un aporte “pacato”. Me moría de ganas de tener el calendario de los bomberos, pero temí que me creyeran ”vieja verde”.

El día de Navidad llegó una de mis hijas con su novio y él, con una sonrisa de oreja a oreja me hizo solemne entrega de mi regalo. En la tarjeta decía: Creo que te va a gustar – ojalá no lo tomes a mal”. Curiosa abrí el paquete y para mi deleite era el calendario de los bomberos.

Nunca he estado tan interesada en fechas como lo estoy desde la noche de navidad.

Nunca he deseado tan intensamente que se queme mi casa.

Nunca he soñado tan lujuriosamente con uniformados desnudos…

Comparto con ustedes algunas de las imágenes.







El chico de enero...






Mi favorito llegará en marzo - ojalá el día de mi cumpleaños...




El vendrá en mayo - con la primavera...





En julio se sentirá mucho calor...



Septiembre siempre ha sido un lindo mes...



Por él tendré que esperar hasta diciembre, pero...

***

Hoy encontré chirimoyas españolas en el mercado. Me gustan las chirimoyas; me gusta rasgar su piel áspera, me gusta sentir como se deshace en mi boca su carne perfumada, me gusta jugar con sus pepas resbaladizas que ponen a prueba la destreza de mi lengua...

¡Les deseo a todos los 366 mejores días de sus vidas!

domingo, 2 de diciembre de 2007

Hay veces en que me siento como un pájaro. No porque me sienta especialmente libre o porque vuele muy alto sino porque en mi dieta incluyo cada día más semillas. En estos días han sido las semillas de lino o linaza...

Más de alguna vez oí que no es conveniente mantener los vidrios demasiado limpios en lugares donde abundan los pájaros ya que el riesgo de que se estrellen contra ellos es grande.

Y lo que puede ocurrir... ocurrió ante mis ojos el verano pasado en el sur de España. Muy temprano por la mañana, cuando me disponía a dar mi caminata diaria, un pájaro dejó de existir en el mismo momento en que se estrelló contra el inmenso e inmaculado vidrio de la gran puerta del edificio en que yo estaba viviendo.

Y lo que puede ocurrir en el sur de España también puede ocurrir en el sur de Suecia.

Esta tarde, aunque recién eran las las cuatro y algo, las sombras de la noche invernal ya envolvían mi ciudad. Las luces de un gran centro comercial que iluminaban su magnífica entrada decorada con los clásicos motivos navideños del mes de diciembre me persuadieron y me dispuse a entrar.


Casi dejé de existir en el mismo momento en que me estrellé contra el inmenso e inmaculado coloso de vidrio...



¡Si seré (a)pajaro(ná)!






El día de hoy (lunes) se me fue en visitas al medico, llamadas a la agencia de seguros, a la directiva del centro comercial etc. Todo eso mientras mi ojo crecía y cambiaba de color.